Nuestras hojas amarillas
Be a spark in the dark
Para ti, Elsj.
Hola, estúpido.
Ya han pasado dos meses desde tu accidente. Las cosas no han cambiado mucho en tu ausencia: el sol sigue brillando, aun cuando se oculta detrás las nubes; la luna sigue en el cielo, con la danza de las estrellas alrededor; en el mar abundan las olas y, en el cielo, las aves... todo sigue igual, excepto tú.
Supongo que, esta situación, servirá para algo. Supongo que, después que todo pase y te recuperes del todo, llegarás y me sonreirás como si nada hubiese pasado. O quizá no, quizá tu ausencia sea más notable y tu mirada no sea la misma.
Sé que no debo llenarme de suposiciones. Sé que debo esperar a que suceda algo, o que cambie algo, no lo sé. Pero la espera duele y saber que estarás en ese estado, por un buen tiempo, duele aun más.
No te veo desde hace un buen rato, lo admito. Y recuerdo que, la última vez que te ví, estabas bien, me sonreías, tus ojos marrones tenían brillo... sé que quizá tus ojos no brillen cuando me mires, pero sabré superarlo así como tú superarás todo.
Mi luchador, hoy cumples dieciocho años y me parte el alma saber que no podrás disfrutarlo como querías. Aunque, supongo que, el mejor regalo es saber que estás vivo y que, quizá algún día muy cercano, podrás volver a sonreír.